CONSEJOS Y MEDIDAS PREVENTIVAS

CONSEJOS A LOS CIUDADANOS
Estos consejos le pueden resultar eficaces, tan sólo con que usted haya sido un jugador ocasional, porque el JUEGO HABITUAL CON APUESTAS, ES UNA ACTIVIDAD PELIGROSA, y potencialmente muy adictiva en algunos juegos, como reconocía el informe de la ponencia del Congreso de los Diputados del Estado español en 1992. Los porcentajes de afectación poblacionales en España, en el 2008, están entre el 4 y el 6%. Sin embargo, presentar las cifras así resulta engañoso, y nosotros no queremos confundir al ciudadano, preferimos que esté bien informado.

LA PELIGROSIDAD, de la que no quieren informar con rigor y continuadamente las administraciones públicas, SE DEBE VALORAR SOBRE EL NÚMERO DE USUARIOS, no sobre un conjunto de población que ni siquiera realiza la actividad. Con un ejemplo se entenderá mejor, si en España hubiera 40,000.000 de habitantes, pero solo 1,500.000 ciudadanos jugase a las tragaperras, por lo menos UNA VEZ A LA SEMANA DE PROMEDIO para decir que son habituales, y de ese 1,500.000 hubiera 1,200 000 ciudadanos con problemas para dejar ese juego…Parecería más honesto informar que el 80% de los usuarios de tragaperras tiene problemas con las tragaperras, en lugar de mantener planteamientos genéricos del tipo: “La ludopatía afecta entre el 4% y el 6% a nivel poblacional”. Aunque sólo es un ejemplo, suponemos que QUEDA CLARA la diferencia entre un planteamiento y el otro.

Así pues, tanto si usted es ludópata declarado, como si no lo es, como si es un probable jugador patológico o un jugador problema o un jugador con problemas, habitual, ocasional, impulsivo, circunstancial, abstinente…o sea, solo con ser CIUDADANO,
TIENE USTED DERECHO, Y LAS AUTORIDADES LA OBLIGACIÓN,
DE INFORMARLE VERAZMENTE Y PROTEGERLE EFICAZMENTE,
FRENTE A LOS JUEGOS CON APUESTAS ADICTIVOS.
de todas todas, sin excusas, rodeos, omisiones o mentiras que acaben en ENGAÑO.
El lector incluso puede encontrar alegorías del juego responsable, e intentos por disimular la realidad de los intereses económicos de aquellos quienes pretenden hacer prevención de la ludopatía, cuando en realidad mantienen la promoción del hábito del juego. No les haremos propaganda, pero si aclararemos que quieren generar confusión cuando promocionan argumentos del tipo “Las apuestas son lúdicas o inofensivas, sólo generan adicción a un grupo pequeño de población”. Incluso se atreven a dar indicaciones para disfrutar del juego con apuestas, se supone que sin problemas, cuando cualquier especialista sabe que casi nadie las va a poder seguir a largo plazo, y los pocos que las seguirán, no jugarán mucho tiempo.

Por consiguiente, recordaremos los consejos que hemos promovido, históricamente, en favor de los menores y sus padres, para que la ignorancia no les convierta en víctimas y sean claras las primeras acciones a realizar por aquellos jugadores afectados que deberían ponerse en tratamiento, pero siguen escondiendo incluso a quien les quiere, aquello que realmente les ocurre;


CONSEJOS PARA JUGADORES Si no has empezado a jugar, mejor que no lo hagas, especialmente en tragaperras, bingos, casinos, o apuestas deportivas inmediatas, no importa si es en directo o vía internet. El juego “responsable”en juegos altamente adictivos, es una irresponsabilidad, por que en esos juegos la mayoría de usuarios acaba aumentando el dinero, el tiempo y los riesgos que corren de perder muchas cosas. A menudo, los pacientes relatan que nunca lo hubieran pensado de sí mismos y durante años estuvieron convencidos de estar controlando lo que apostaban.

El índice de ludopatía en esos cuatro tipos de juego, representa el 99% de los casos que se ponen en tratamiento, según nuestros datos. Pero lo peor será sufrir y hacer sufrir, a quien te quiera, más de lo que supondrías jamás. Dejarás de ser tu mismo por cuatro duros. Quizás te toque algunos premios, pero sólo son la motivación para que sigas jugando. Apostar regularmente, es sinónimo de perder con seguridad en la mayoría de los juegos legales con una frecuencia rápida de resultados y premios. Si sigues jugando, acabarás perdiendo todos los premios y una conciencia saludable y proporcionada del valor de las cosas. Cuando te des cuenta puede ser demasiado tarde. Si has empezado a jugar: No aumentes la apuesta, ni el número de jugadas, ni el tiempo que dedicas a jugar. Juegos como los mencionados son claramente adictivos y tienes una probabilidad demasiado alta para engancharte si los practicas periódicamente. En cuanto te toque premio, coge el dinero y corre. No te deberían “volver a ver el pelo”. Si apuestas más de dos veces o juegas más de 15 minutos a la semana: RECUERDA, el 40% de los que así lo hacen acaban teniendo problemas con el juego, es un promedio que no hace distinciones entre juegos de mucho o poco potencial adictivo. En nuestro último estudio de campo, sobre jugadores de tragaperras en bares y restaurantes, el 76’35 % de los usuarios resultaban tener Ludopatía o estaban en un claro riesgo de sufrirla.

Proponte dejar de jugar, o jugar a lo sumo como lo hacías cuando empezaste, sin dedicarle más tiempo ni más dinero. Si lo consigues, sigue con el consejo anterior y evitarás males mayores. Según el juego al que apostabas, habrás tenido mucha suerte si sales a tiempo. Si has vuelto a jugar, habiéndote propuesto lo anterior: No te avergüences, es lo que ocurre a la mayoría de jugadores en juegos rápidos. Evidentemente eres responsable de jugar o dejar de jugar en el período de iniciación en cualquier juego de apuestas, pero no eres el culpable de acabar enganchado y desarrollar el trastorno. Determinados juegos tienen un potencial adictivo del que las autoridades y la prensa no informan regularmente, a diferencia de lo que hacen con los resultados de muchos sorteos.

Es demasiado fácil pensar y compartir las conductas y los prejuicios sociales, atribuir a lo vicioso o a lo débil que pueden ser las personas, la razón de la ludopatía. Por muy culpable y hundido que te sientas, debes entender que el proceso de adicción al juego es un proceso de aprendizaje, imperceptible y complejo, en el cual caen ciudadanos de gran mérito e inteligencia, sea por falta de perjuicios respecto a las apuestas, o sencillamente por la ausencia de datos e información veraz respecto al desarrollo de la Ludopatía.

Revisa la lista de asociaciones, contacta con una de ellas y explica el problema a quién más te quiera o en quien más confiarías para resolver un problema de salud. Debes confiar en tu familia y en los profesionales, no hay otro camino a escoger. Frente a la enfermedad, se debe aprender de los errores propios, de la experiencia y de los conocimientos de los demás para salir del problema. Escondiendo y engañando no se puede salir del problema, sólo conseguirás mantener la desconfianza, el aislamiento y la ignorancia a la que te condena el trastorno.

Por mala que sea la relación con los de casa, recapacita, es muy difícil que sea peor que la relación que vas a mantener con el juego, aunque no te lo parezca. Es muy probable que el juego te haya impedido hasta ahora mantener una relación de confianza y respeto con tus familiares. Si les pides ayuda, comprobarás lo mucho que te quieren. Enséñales esta página, facilítales que vean con sus propios ojos por donde hay que salir del atolladero. Es cierto que se pueden enfadar, pero el disgusto será menor si ven tu disposición y la claridad con que actúas. Tu coraje ha de poder más que tu vergüenza, como seguir un tratamiento a piés juntillas, podrá más que la ludopatía.


CONSEJOS PARA FAMILIARES El primer paso que deben dar los familiares es intentar resolver su propia situación emocional, posteriormente pueden intentar entender que están frente a una adicción, es demasiado fácil que la situación escape a su control y no deberían sentirse culpables.

Buscar apoyo en el resto de la familia, que la posición entre todos sea consensuada, no afrontar solos el escapismo y la negación del jugador, es a menudo necesario. Incluso hacer una reunión en que se aclare lo que sabéis y lo que estáis dispuestos a hacer para ayudarle. Cuando el jugador niegue que tiene el problema, se deben pedir las explicaciones de lo que se ha hecho con los recursos, o donde estaba cuando sepáis que estaba jugando.

Cuando le quite importancia a lo que juega, irá bien tener datos objetivos, cuando, cuanto y donde ha estado jugando. Incluso podéis plantear qué cosas sabéis que ha estado haciendo, desde coger dinero hasta pedir créditos, y todos aquello que venga a demostrar cómo le está acarreando trastornos que, si no fuera por el juego, no tendría.

Finalmente debéis manifestar como os hace sufrir, a pesar de que estáis dispuestos a ayudarle, cuanto querríais recuperar la confianza y tener un futuro juntos, la sensación que tengáis de que lo perdéis poco a poco, y especialmente, que antes no era así. La mayoría de jugadores son inteligentes y sensibles, si se les ofrece apoyo emocional será más fácil que acepten la ayuda, aunque estén rabiosos o colapsados de vergüenza por ser descubiertos.

La entereza con que planteéis al jugador los objetivos y medidas a seguir, deben ir acompañadas con la comprensión de las reacciones que tiene el jugador, poniéndose emocionalmente en su situación, no sirve de nada hacer planteamientos de si me quisieras no jugarías, es necesario demostrar respeto como personas que son, mientras se ofrece el apoyo para hacer lo necesario que mantenga la abstinencia en jugar. Hacer todo lo necesario es en realidad la responsabilidad del jugador.

Insistid en que se ponga en tratamiento, lo más frecuente es que no se mantenga la conciencia de enfermedad crónica, se niegue o no se quiera tratar con el convencimiento de que podrá dejarlo solo. Proponed que es la mejor solución, que es más fácil con el apoyo profesional, que se genera más confianza con una buena rehabilitación, que os afecta a todos estar pendientes de las recaídas y os hace sufrir afrontarlo solos. En definitiva, que es demasiado importante para que se repita.

Normalmente, los familiares no tienen formación ni experiencia en afrontar adicciones y, las buenas intenciones sin esos elementos, a menudo conlleva fracaso.

Por ello el consejo de ir a una asociación con profesionales , psicólogos o psiquiatras, con experiencia en juego patológico, nos parece imprescindible para resolver la singular situación emocional en que se encuentran, recibir la orientación necesaria frente a los problemas que surgirán, facilitar el cumplimiento de las medidas preventivas, de los puntos no negociables, y conseguir un abordaje terapéutico del jugador y su problema. Es importante comprender que la rehabilitación es un proceso largo y recuperar la confianza estará asociado a cumplir objetivos diferentes, no sólo el control del dinero.

Evidentemente cuanto más consenso y apoyo familiar existe en este sentido más fácil será para el jugador aceptar que tiene el trastorno y revolverse por conservar unas relaciones afectivas que, a pesar de los engaños y la desconfianza, siguen aceptándole.

En cualquier caso se debe explicar al jugador,con elementos objetivos, qué es lo que está ocurriendo: las cantidades que sabéis que dedica a jugar, el tiempo que no está dedicando a la familia, su irritabilidad o nerviosismo, las mentiras que habéis contrastado, etc. Olvidaos de plantear ataques personales, mejor que planteéis las condiciones que esperáis que cumpla para rehabilitarse, y en las que os deberéis mantener firmes con el apoyo profesional.

Podéis hacerle ver cómo os sentís vosotros: preocupados, engañados, tristes... y como puede intentar cambiar la situación, que a su vez cambiará la situación emocional de todos.

Mostraos dispuestos a ayudarlo, para cumplir unas medidas preventivas, un tratamiento que le ayude a dejar de jugar, a reiterar el apoyo a pesar de que recaiga o se equivoque, no dejéis de hacerlo mientras mantenga la disposición por luchar y hacer bien las cosas, esa es la condición principal para mantener el apoyo mientras podáis soportarlo.

La oportunidad es importante, esperad el momento donde haya podido tener una recaída, la pérdida de una cantidad importante también puede hacer tambalear las defensas que se mantienen desde el trastorno. Cuando veáis que se siente culpable y arrepentido, será cuando podrá ver con claridad lo que le ocurre, y es más fácil que acepte la ayuda y las condiciones que le pongáis.

Pero tampoco paguéis sus deudas de golpe, se debe hacer un seguimiento continuado y profesional de cómo se cumplen los compromisos, sin determinados cambios en la manera de pensar y comportarse, sólo habréis apoyado el trastorno, y habréis perjudicado a vuestro ser querido. Debéis tener muy claro que la familia puede apoyar y ayudar, pero no puede rehabilitar, eso sólo se consigue poniéndose en tratamiento, sin medias tintas ni vuelta a atrás.

Poner un ultimátum, requiere estar dispuestos a cumplirlo, y se deriva de no poder aceptar más la situación. A ser posible debe permitir alguna salida o rectificación de las consecuencias, si se acaban aceptando las condiciones. El apoyo emocional básico debe consistir en poder volver a la situación de normalidad cuando el jugador vuelva a cumplir las pautas exigidas. Aunque el jugador no quiera tratarse, los familiares podéis acudir a las asociaciones y recibir atención igualmente, para vosotros, para entender el trastorno y para aprender a manejar estas situaciones.


LAS MEDIDAS PREVENTIVAS Habitualmente entran en el foro afectados y familiares, a los cuáles muchos de los participantes aconsejan de manera brillante, para saber cuáles son los primeros pasos que deben dar. Con frecuencia los hilos y temas se pierden o se alargan excesivamente y perdemos esa apreciada información.

Voy a resumir las medidas preventivas que bién aplicadas dificultan las recaídas, en general, si no hay otros trastornos asociados de cierta entidad.

Debo advertir, que no resuelven el trastorno, y a veces són de difícil ejecución, por ello es necesario concienciarse que será un proceso de aprendizaje, de cambio de hábitos, que requiere estar siempre dispuesto a buscar soluciones, a entender la enfermedad, y por ello resulta tan necesario apoyarse en las asociaciones con expertos en salud mental y experiencia en Ludopatía, que puedan aplicar bien las medidas. Estos expertos se encuentran mayoritariamente en las asociaciones, puesto que es el lugar donde se organizan grupos sin mezclar a los jugadores con otras patologías que no les identifican.

Las medidas más representativas serían:

1-EVITAR LA ESTIMULACIÓN
2-CONTROL DEL DINERO
3-IDENTIFICAR LAS DEUDAS
4-EXPLICAR EL PROBLEMA A QUIEN PUEDE AYUDAR
5-CONOCER EL TRASTORNO (NO SOLO SUFRIR LAS CONSECUENCIAS)

Recordad que una medida preventiva pretende no volver a fracasar frente al problema, evitarlo siempre que se pueda, no pretende convertirse en una obsesión, ni ser un tratamiento en sí misma solo busca el máximo de eficacia porque, habitualmente, uno está destrozando la confianza de sus relaciones amorosas más importantes; la que tiene consigo mismo y con la gente a quién quiere. No ha lugar pruebas o experimentos.

No me olvido de la situación económica, entre otras, pero en la mayoría de las ocasiones los jugadores pueden recuperar su estatus y un nivel de vida satisfactorio, en menos de dos años.(Me refiero a un perfil de pacientes conocido en Catalunya, entre 1995 y el 2009).

La aplicación de las medidas y la aparición de los conflictos es habitual, pero no inhabilita la eficacia de las medidas, esa conflicividad es la propia del cambio y de poder salir de una adicción. También es cierto que para evitar y resolver esos conflictos no hay medidas preventivas que valgan, pero si las dos partes quieren solucionar el problema y los conflictos, los psicólogos de la asociación tendrá fácil trabajar la relación de pareja y la comunicación.

1-EVITAR LA ESTIMULACIÓN

Esta medida es fundamental, puesto que pretende evitar no solo la respuesta o reacción inconsciente, que pueda resultar de entrar en contacto con el Juego, sinó también aprender a identificar otros elementos de riesgo que intervienen de manera más o menos directa en los procesos de recaida. Debe entenderse, por ejemplo, que el hecho de no realizar un buen control del dinero, como medida preventiva, también cumple esa función de estimulación en el sujeto, creándose el margen necesario para poder fantasear respecto de su capacidad de control con el dinero en el juego y posteriormente, demasiado frecuente, con la capacidad de control en la situación de juego y el deseo de ponerse a prueba, a pesar de los firmes compromisos de abstinencia, sean privados, grupales, en foros o incluso en medios de comunicación.

Puesto que las bases fisiológicas i motivacionales del trastorno són indudables, no hay más que recordar algunos programas de adicciones en televisión sobre la respuesta del hipotálamo ante la visión de un producto adictivo o sus circunstancias habituales de consumo, es necesario recordar que;

NO SE DEBE CONFUNDIR EL DESARROLLO DEL TRASTORNO Y SU DESCRIPCIÓN FISIOLÓGICA CON QUE LA FISIOLOGIA O GENÉTICA HUMANA SEAN LA CAUSA DE LA ADICCIÓN.

Sin embargo si se puede afirmar con rotundidad la importancia de esta medida preventiva, a pesar de la falta de estudios más poblacionales, aunque solo sea por la experiencia profesional de los que atienden habitualmente a los jugadores y sus famílias.

Igualmente, si se acepta la importancia de la motivación en el trastorno, conscient o inconscient, será fácil de entender que las situaciones donde el sujeto pueda confiar en cumplir las condiciones de azar y las posibilidades de ser agraciado con un premio, deben de ser evitadas en la medida de lo posible.

Independientemente de si había practicado mucho o poco un juego, se puede hablar de riesgo cuando pueda haber un beneficio material a obtener por “casualidad” o azar. Serà tanto o más peligroso para el ciudadano, el ludópata o ex-ludópata, cuanta mayor sea su rapidez, frecuencia de interacción y refuerzo con premios.

En resumen, y sin ánimo de aburrir, no importa que un ciudadano tenga o no problemas con el juego, si mantiene habitualmente el comportamiento de apostar en juegos peligrosos, mayor probabilidad tiene de no dejar de practicar esa actividad adictiva.

Si un profesional de la salud le acaba haciendo un diagnóstico diferencial y de personalidad, y este tiene por nombre juego patológico, ludopatia o adicción al juego, dificilmente tiene sentido, fuera de la enfermedad, volver a entrar en la dinámica de cultivar unas motivaciones dinerarias con riesgo de recuperar los esquemas de funcionamiento propios de la adicción que ya se han desarrollado en otros juegos.Por ello EVITAR LA ESTIMULACIÓN implica:

-No practicar juegos de apuestas... desde no jugar a las máquinas tragaperras, hasta pagar la ronda o convidada más "inocente" por no acertar el resultado de un evento deportivo, o por perder una partida de cualquier juego lúdico de cartas o dominó.

-Evitar las situaciones donde se practican esas apuestas, en cualquier caso no estimularse contemplando como otros realizan la actividad, valorando posibilidades, posibles pronósticos...

-Cambiar incluso las relaciones y actividades, si fuera necesario, por otras que faciliten no tener contacto continuado con esas situaciones de juego.

2-CONTROL DEL DINERO

Esta medida también es fundamental, puesto que al aplicarla, en sí misma evita una parte de la estimulación interna, a nivel motivacional o inconsciente si se quiere, que siempre actúa en el momento en que el jugador sabe que tiene un margen de jugar y recuperar, sin ser descubierto.

Su aplicación también es un indicador del nivel de implicación del afectado, de sus ganas de hacer todo lo posible por salir del problema, por ello se debe establecer el equilibrio necesario para que no se facilite abuso de poder por parte de la persona que va a realizar el control del dinero y que, a veces, puede sentirse dolida, traumatizada y con ánimos punitivos hacia el jugador/a.

Así, el imprescindible control del dinero, también requiere una garantía para el jugador, como es una cuenta mancomunada de ahorro, donde se requiera la firma de las dos partes para poder gestionar los recursos que aporte el afectado a la renta familiar. Sus problemas con el juego no deben inhabilitarlo para dialogar y participar en la toma de decisiones, ni como penitencia, puesto que ello puede provocar el efecto perverso de dilapidar la relación amorosa.

Se requiere, para empezar, controlar los ingresos y accesos al dinero por parte del familiar que acompaña terapéuticamente al jugador; Sean del trabajo, nómina, dinero negro, anticipos, rentas diversas como alquileres, préstamos de amigos, créditos y tarjetas bancarias... Entendiendo que el jugador no debe tramitar ni resolver en solitario la situación financiera, a partir de empezar a hacer el control del dinero. Lo cual no le exime de aportar responsablemente los recursos para cubrir las deudas y gastos que hubiere generado.

En función de la actividad diaria, se debe establecer una pauta de facilitación de dinero y recogida de tiquets, buscando soluciones para llevar el dinero líquido necesario y practicar el control cotidiano de los recursos y las pequeñas recaidas, de manera que se pueda aprender de ellas en lugar de taparlas y mantener el trastorno.

3-IDENTIFICACIÓN Y PAGO DE DEUDAS



Para iniciar el control del dinero es imprescindible actuar esta sencilla medida preventiva. Se trata de establecer claramente cuales son las deudas del jugador para empezar a decidir conjuntamente sobre los recursos familiares, con el respeto debido a la familia. Es poco aceptable que pasado un tiempo volvieran a aparecer unas deudas de las que nadie tenía conocimiento.Ello debe facilitar la sinceridad, entendiendo que se va a practicar el control del dinero y que el jugador no dispondrá de recursos para pagar deudas a escondidas, lo cual le llevaría de nuevo a mentir y disponer de recursos para recaer nuevamente.

Es un error gravísimo que los familiares asuman las deudas o sus pagos, aún peor que se eliminen de golpe, sin que el jugador lleve a buen término las medidas o asuma la mayor parte del esfuerzo, recuperando con ello la saludable responsabilidad. Es fácil seguir manteniendo el trastorno y abonar la capacidad de manipulación a base de chantajes emocionales, si no se aplica correctamente este aspecto.

Para conocer la situación de endeudamiento, incluso se puede recurrir a la petición administrativa al Banco de España para conocer la situación crediticia, solicitada por el jugador voluntariamente.

Puede ser necesario aclarar a los amigos con quien se han creado deudas, cual es el problema y por qué motivo, si vuelven a dejar dinero al jugador, no se les pagará.

El pago de deudas debe hacerse siempre con el familiar, sin permitir nuevos compromisos de tipo crediticio y aclarando que no pueden existir. Aplazar al máximo los pagos haciendo que sean asumibles por el jugador, a la vez que mantienen la conciencia del trastorno que sufre, es más recomendable que los pagos elevados o de golpe que confunden la conciencia del jugador respecto a la situación.

4-EXPLICAR EL PROBLEMA A QUIEN PUEDE AYUDAR

El pago de deudas con los amigos o “prestamistas” nos lleva directamente a la necesidad de esta medida.

Por supuesto, no se trata de poner un cartel indicando el trastorno que se sufre, y sufrir por lo que los demás puedan pensar, especialmente cuando aún hay dificultades para entender el trastorno y faltan demasiados argumentos para defenderse. Ni mucho menos generarse problemas en el trabajo cuando se depende de el.

Pero si es manifiesto que si se ha tenido suficiente confianza para pedirle dinero a la gente y esas personas lo han dejado de buena fe, se deberá tener la confianza de explicar lo que ocurre. El momento depende de que se tengan los argumentos para rebatir los prejuicios más comunes, de superar la vergüenza , de aceptar el trastorno como algo bastante generalizado en la Sociedad, bastante más de lo que han informado las autoridades hasta el 2009, de como puede afectar a cualquiera que empiece a practicar habitualmente alguno de los juegos adictivos tan extendidos, por lo menos en España.

No es necesario explicarlo a aquellas personas que usted entiende que le van a perjudicar claramente, esa es una penitencia innecesaria para controlar el trastorno...El consenso y las razones compartidas con familiares y terapeutas, aclararan a quien explicarlo para empezar.

Cuando se puede salir del anonimato, es fácil sentirse liberado y capaz de afrontar cualquier afrenta en este sentido. La vergüenza, el vicio y los prejuicios hay que poder torearlos, tarde o temprano llegará el día que pueda señalar a los responsables de la situación social, con objetividad. Ello nos lleva a la siguiente medida:

5-CONOCER EL TRASTORNO (NO SOLO SUFRIR LAS CONSECUENCIAS)

Es frecuente que los afectados interpreten que por sufrir el trastorno tienen un conocimiento especial en relación con poder salir de ese trastorno. Incluso llegan a referir que los profesionales de la salud no pueden saber lo que ellos saben, porque no han pasado por ello.

En realidad, tampoco los enfermos pueden conocer las experiencias de sufrimiento de esos profesionales, siguiendo el mismo razonamiento, puesto que los jugadores no pueden “meterse” en la piel del terapeuta, quien por otro lado pocos sentimientos explicará.

En realidad, la experiencia de sufrir una enfermedad no da las soluciones a esas vivencias, por mucho que se compartan. Ello no significa que el compartir las vivencias no suponga un alivio y permita determinados procesos de identificación que faciliten a los jugadores aceptar el trastorno.

Aceptar el trastorno sigue siendo necesario, pero no suficiente para mantenerse abstinente a largo plazo. Recuperar el prejuicio social, en cualquier pequeña recaída, de que uno es un vicioso y no puede hacer nada por evitarlo, o que hay que tapar la recaída como sea… es demasiado habitual para actuar con ingenuidad y rechazar el control profesional.

En función del diagnóstico de cada caso, sólo los psicólogos y psiquiatras especializados en ludopatía harán los planteamiento adecuados (Y no siempre…), desde lo que se entiende por jugar, por mantenerse abstinente, el porqué y cómo se realizan los aprendizajes, el cómo se afecta, reacciona y controla el jugador en las situaciones de estimulación, o cómo se llega a la normalidad en la aplicación de las medidas preventivas y al equilibrio de los neurotransmisores, como se engaña uno mismo cuando tiene una adicción, como prevenir las recaídas y otro cúmulo de elementos que, por mucho que se quiera y se haya sufrido el trastorno, no se dominarán para contrarrestar las diferentes situaciones en que se pueda encontrar el jugador a lo largo de su vida.

Es cierto que se pueden leer muchos libros, pero las distorsiones o interpretaciones erróneas que se pueden hacer de mucha de la información que se presenta en ellos, no parecen que sea la manera más recomendable de guiar la rehabilitación.

Las lecturas sobre el trastorno serán una ayuda más, una técnica más dentro del proceso de rehabilitación, al igual que el compartir experiencias, hacer la autoprohibición…Cada aspecto tiene su utilidad, pero a la larga se pierde eficacia terapéutica, como se facilita que haya recaídas cuando se aplican solo unas medidas preventivas en lugar de aplicarlas todas. No importa si es por vergüenza o por exceso de confianza.

Cuando los afectados y sus familiares entiendan lo que ocurre en todos los niveles, desde el fisiológico hasta el sociológico, podremos hablar de conocimiento del trastorno, de una conciencia amplia de la situación, de la voluntad y responsabilidad de los afectados. Mientras, será fácil seguir sufriendo las consecuencias de cada nivel o la represión de su conocimiento. Es más saludable liberarse.

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